CUALQUIER PERSONA FEMINIZADA ES OBJETO DE VIOLENCIA EN MÉXICO

Por Fernanda Payán
Ciudad de México, (Aunam). “Gran parte de las violencias que se cometen hacia las mujeres, no sólo los feminicidios, son para poner a las mujeres en su lugar, Rita Segato tiene razón en eso”, opinó Siobhan Guerrero Mc Manus, transfeminista e investigadora en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.


En el libro Las estructuras fundamentales de la violencia, Rita Segato explica que la violación, en muchos casos, tiene el elemento premoderno de que se ataca a la mujer porque se atreve a ocupar una posición de ciudadana, “como castigo o venganza contra una mujer genérica que salió de su lugar, de su posición subordinada […] en un sistema de estatus”.

Siobhan expuso que en el caso de los feminicidios hay un componente sexual, ya que no sólo se trata de un ataque a la mujer como un sujeto individual, sino también a la categoría mujer, una posición que ha sido históricamente sexualizada y que ha sido producida para ser consumida. Este fenómeno ocurre con los cuerpos de las mujeres cisgénero, es decir, los cuerpos de personas cuya identidad de género y género biológico coinciden, pero también con los cuerpos de las mujeres transgénero.

Por su parte, la feminista Julia Antivillo, doctora en Estudios Culturales Latinoamericanos por la Universidad de Chile, aseguró que no es casual el hecho de que existan feminicidios y transfeminicidios.

“Biomujer o cualquier persona feminizada va a ser objeto de violencia, existe una relación evidente. El año pasado después de la marcha por la familia hubieron 10 asesinatos a mujeres transexuales activistas, yo no creo que eso sea una coincidencia”, afirmó.

Guerrero puntualizó que la intención con la que empezó a ser promovido el término “transfeminicidio” fue el señalar que estas violencias no son iguales a las violencias feminicidas. De acuerdo con Siobhan, lo que lleva a que maten a una mujer transgénero es un proceso estructural distinto; las mujeres trans están expuestas a un tipo de violencia muy concreta.

De acuerdo con la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, el promedio de esperanza de vida de las mujeres transgénero en América Latina es de 35 años. Guerrero explicó que existen cuerpos no circunscritos a la ley (los de las mujeres transgénero), que se encuentran en una posición vulnerable pues se trata de cuerpos que no poseen derechos.

A pesar de los avances en materia legislativa en México que protegen los cuerpos de mujeres cisgénero, como La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia o la Alerta de Violencia de Género, aún hacen falta políticas, leyes y medidas que vigilen por las mujeres transgénero.

Respecto a las causas que originan las violencias, Julia Antivilo opinó que la división exclusiva de dos géneros es intrínsecamente homofóbica y transfóbica, pues se trata de una separación que coarta las posibilidades de las personas y excluye a los que no entran en la norma, volviéndolos objeto de violencia.

Siobhan Guerrero, explicó que el feminismo punitivo no puede solucionar todas las violencias porque existen muchas que no entran dentro de un marco legal y, por tanto, no pueden ser solucionadas a través de la ley. Concluyó que “debemos tener mucho cuidado con las violencias y las microviolencias, porque no son tan inocentes”.

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